miércoles, 21 de diciembre de 2016

Quicksilver Messenger Service - 1969 - Happy Trails

El buen rollo me acompaña con una sonrisa casi malévola desde hace algo así como una semana y dicho sea, el Azkena tiene buena culpa de ello. Pero ya volveremos a ello conforme se vaya acercando la fecha y sigamos con las creencías que nos tocan. Ese buen rollo del que os hablaba ha venido a decirme algo así como que vuelva a la esencia, que rebusque, que sea purista y como que tampoco estamos para llevarle la contraria. He pensado, bueno lo he intentado al menos, y huyendo de convencionalismos he aterrizado en 1969, casualidad????. Y es que esa década me tiene ensimismado y casi enfermizamente obsesionado. Y como la semana pasada estuvimos por las islas con Small Faces esta semana había que cruzar el Atlántico hasta la costa oeste y aterrizar entre las jams experimentales bañadas de ácido de la época para pintarlo todo de colores. 

Cabalgando entre lisérgicas sonoridades
Desde la costa californiana llega al galope más ácido el segundo LP de la Quicksilver Messenger Service, el aclamado Happy Trails. Una obra maestra de la improvisación de la dupla Cipollina/Duncan encumbrado como credo psicodélico y ejemplificando la máxima del rock lisérgico experimental en directo de la época. Una joya repleta de guitarras, jazz y blues no apto para todos los oídos pero que goza de gran devoción por parte de los más gourmets amantes del psychedelic rock sesentero.
Pero conviene ponerse un poco en situación recordando que la banda venía de publicar su primer LP Quicksilver Messenger Service después de sucumbir a los encantos de Capitol Records para plasmar el fuerte tirón popular de sus ensalzadas puestas en escena en forma de disco. Un disco que si bien no tuvo una mala acogida tampoco dejaría a la banda del todo satisfecha. Los integrantes de QMS sentían que su lugar estaba sobre un escenario y de este modo para su segundo LP eligieron el directo registrado en este memorable Happy Trails de portada western. Grabado marcándose un coast to coast entre el Fillmore West de San Francisco y el Fillmore East de New York el segundo disco de los del Frisco forma parte de la biblia del acid rock. Un álbum en directo que describe como pocos la escena psicodélica de finales de los '60.


El tema central de este Happy Trails no sería otro que un viejo éxito de Bo Diddley, 'Who Do You Love?', pero convertido en una extensa suite psicodélica de poco más de 25 minutos camino a la extenuación. Y es que 'Who Do You Love?' ocupa toda la cara A del LP dividiéndose en seis partes que sirven perfectamente para definir la psicodelia en su máxima expresión: improvisación, efectos, interacción con el público, solos punzantes de guitarra, de bajo, de batería... todo un viaje psicodélico en el que cada miembro de la banda se despacha a gusto. Todo enaltecimiento se queda corto así que nada mejor que sentarse, escuchar y disfrutarlo.


La cara B es otra jam recurrente del directo de Quicksilver Messenger Service aunque separadas convenientemente para la ocasión. Se abre la lata con 'Mona' otro cover hit de Bo Diddley sobre la que solían desarrollar las siguientes canciones. 'Maiden Of The Cancer Moon' es la primera de las composiciones de Gary Duncan y una pieza hard rockera instrumental. La otra composición de Duncan es la ensalzada 'Calvary' de hipnóticos efectos. También instrumental que se va hasta los trece minutos entre efectos, distorsiones y lo que muchos han denominado como acid flamenco. Y completa esta maravilla de la psicodelia la canción que daba título al plástico: 'Happy Trails'. Un epílogo pomposo y que poco tiene que ver con el resto del disco sacado de un programa de televisión y que pone la nota graciosa al elepé.


Vientos de cambio sonaban en QMS con la salida de Gary Duncan, el motor de la banda, tras Happy Trails cansado y confrontado con Cipollina. Su sustituto para el siguiente álbum, Shady Grove (1969), sería el músico de sesión inglés Nick Hopkins a los teclados. Poco después Duncan y el también miembro original Dino Valenti volverían a Quicksilver Messenger Service para grabar Just For Love (1970) y dejar atrás las improvisaciones hacia un rock más tradicional.

Quicksilver Messenger Service: 



John Cipollina - Lead Guitar & Vocals
Gary Duncan - Guitar & Vocals 
David Freiberg - Bass, Vocals & Piano
Greg Elmore - Drums & Percussion

 

Track listing: 


 Side One - Who Do You Love Suite:

1. Who Do You Love (Part. 1)
2. When You Love
3. Where You Love
4. How You Love
5. Which Do You Love
6. Who Do You Love (Part. 2)

Side Two: 

1. Mona
2. Maiden Of The Cancer Moon
3. Calvary
4. Happy Trails


miércoles, 14 de diciembre de 2016

Small Faces - 1967 - There Are But Four Small Faces

Corred insensatos! Estamos finiquitando otro año y en este mes en el que los días son tan cortos y las noches tan largas nada como refugiarse en el calor del hogar con algún buen disco huyendo de toda esa falsa parafernalia que ilumina nuestras calles enmascarando la realidad con pseudosonrisas forzadas. Pero con todo y sacando fuerzas del más fondo del saco, aprovecho para desempolvar uno de mis elepés más preciados para dejar de lado las frías temperaturas y retroceder hasta mi añorado 1967 con mis venerados Small Faces y su There Are But Four Small Faces. I'm only dreaming...

Terminada la soporífera relación Small Faces/Decca Records, la banda de Steve Marriot y Ronnie Lane ficharon por Immediate Records en 1967, que dieron total libertad al grupo para componer su primer álbum para el sello. La historia de este LP es bastante curiosa ya que There Are But Four Small Faces es su debut con Immediate pero en US, porque en UK salió bajo el nombre de Small Faces (como su primer disco con Decca) unos meses antes que la versión americana. Pero la cosa no solo se queda en el título del álbum, sino que el listado de temas no está en el mismo orden y ni tan siquiera con los mismos temas. Pero dicho sea de paso que es justamente en ello donde radica la grandeza de este disco. Se incorporan tres temas legendarios de Marriot/Lane y sus Small Faces.

Una banda de culto de poca duración pero inmenso legado: Small Faces

El cambio musical del grupo queda ya patente en este primer disco para el sello de Andrew L. Oldham, mánager y productor de The Rolling Stones. Temas más potentes, con energía y mucha experimentación con cuidados arreglos instrumentales y vocales. De su etapa mod primeriza de sonidos R&B van conduciendo su sonido a un cuidado pop psicodélico que en Ogdens' Nut Gone Flake de 1968, y que ya desgrané por aquí, pulirían y el cual les encumbraría al olimpo del rock de las islas.


No hay más que cuatro Small Faces!!!!

Este segundo lanzamiento (o tercero si bien Small Faces, Inmediate Records 1967, es su versión inglesa) de Ian McLagan teclados, Kenney Jones batería, Steve Marriot guitarra y voz y Ronnie Lane bajo y voz es una bomba sónica. Un LP impresionante de principio a fin con la pareja Lane/Marriot a pleno rendimiento. En There Are But Four Small Faces no tiene desperdicio alguno ningún tema. La energía que transmiten estos temas y sus pinceladas psicodélicas hacen de There Are But Four Small Faces (a Ogdens' Nut Gone Flake hay que darle de comer aparte) su mejor disco. La clara evolución de la banda británica hacía los sonidos lisérgicos de la época están por todo el álbum conviviendo con su pasado R&B en una apacible armonía .



El punto ganancial de la versión americana respecto al homónimo Small Faces de UK está en la incorporación de tres temas míticos de la banda para este There Are But Four Small Faces que no están en el lanzamiento británico de junio de 1967. La espectacular 'Itchycoo Park' su mayor hit en América con Marriot dejándose las cuerdas vocales, 'Tin Soldier' potente tema de amor no correspondido compuesta por Marriot/Lane y probablemente una de sus mejores composiciones, y 'Here Comes The Nice' pequeña joya psych de cuidadas melodías. Además de estos clásicos, el álbum se completa con otras buenas canciones como 'Up The Wooden Hills To Bedfordhire' de McLagan, la delicada 'I´m Only Dreaming', 'I Feel Much Better' uno de los mejores cortes con ritmos hard rock al estilo Led Zeppelin al final del tema, 'Green Circles' psychedelic rock con Jones destrozando su batería o la final '(Tell Me) Have You Ever Seen Me'.




La fama de Small Faces crecía como la espuma, lanzamiento tras lanzamiento hasta la publicación de su excelsa obra conceptual Ogdens' Nut Gone Flake en 1968 y tras el cual Steve Marriot comenzaría su carrera al frente de Humble Pie y el resto de los Small Faces (junto a Rod The Mod y Ron Wood) se convertirían en Faces. Además nos dejarían en plena desbandada ese LP titulado In Memoriam (que desnudé por aquí hace unos meses) de manera fantasmagórica con cinco temas en directo y cinco que iban encaminados al que sería su quinto disco: 1862.

Track List:

Side #1: 
1. Itchycoo Park (Marriot//Lane)
2. Talk To You (Marriot//Lane)
3. Up the Wooden Hills (McLagan)
4. My Way of Giving (Marriot//Lane) 
5. I'm Only Dreaming (Marriot//Lane)
6. I Feel Much Better' (Marriott/Lane/McLagan) 

Side #2: 
1. Tin Soldier (Marriot//Lane)
2. Get Yourself Together' (Marriot//Lane)
3. Show Me the Way (Marriot//Lane)
4. Here Come The Nice (Marriot//Lane)
5. Green Circles (Marriot//Lane)
6. (Tell Me) Have You Ever Seen Me (Marriot//Lane)

 

  Small Faces:

Steve Marriott - Lead Vocals & Guitar
Ronnie Lane - Lead & Backing Vocals, Bass
Kenney Jones - Drums
Ian McLagan - Keyboards & Lead Vocals

 

jueves, 1 de diciembre de 2016

The Beau Brummels - 1968 - Brandley's Barn

Me gusta la actividad de estar activo bajo una cierta aura de presión y dejando que fluya con cierta capacidad de discernir libremente la necesidad de que rendimiento y exigencia, aunque no de la mano, sí que caminen por la misma acera... Y mientras, sentado en el sofá y después de haberme ausentado con alevosía parsimoniosa de uno de mis quehaceres más confortantes ya es hora de volver al cole y seguir tejiendo esta telaraña de blog que en cierta forma me sirve de válvula de evasión social y reconfort espiritual. Y es que cada vez soy más consciente de que lo que hace ya algún lustro eran similitudes se convierten en divergencias ilustradas musicalmente. Porque en ocasiones eso de ponerse en modo stand by se hace recurrentemente aburrido entre conversaciones tan intranscendentes como desinteresadas que parece que ni entrar en un bucle de Tame Impala nos puede servir de desconexión mental... Pero como todo, tal vez solo sea cosa de sensaciones transitorias asique mejor no darle demasiada importancia y subir el volumen un poco más.

La big pink de The Beau Brummels

Y de vuelta a la actividad nos vamos hasta mi querido San Francisco para disfrutar con una banda de los '60 que hacía ya un tiempo tenía pensado presentar y que aprovechando esta furtiva hibernación llega para avivar nuevamente el blog. Liderados por las composiciones y guitarra de Ron Elliot y las voces de Sal Valentino, The Beau Brummels conseguirían fusionar sus influencias pop británicas con elementos sonoros tan americanos como el folk o el country, así como algunos escarceos psicodélicos. La banda oficilaizaría su formación en 1964 con Ron Meagher al bajo y John Peterson a la batería que estaban en The Sparklers con Elliot y Declan Mulligan como segundo guitarrista conformando la formación original de The Beau Brummels.

La banda fue descubierta en un concierto por el empresario y DJ Tom Donahue, ofreciéndoles un contrato con su sello Autumn Records y con el que grabarían su primer LP Introducing The Beau Brummels. Un muy buen disco repleto de pop melódico y composiciones propias de clara influencia Beatle y producido por Sly Stone que contenía su exitoso single 'Laugh, Laugh' a la par de otros tan reseñables como 'Just A Little', 'Oh Lonesone Me', 'They'll Make You Happy ', 'That's If You Want Me' o 'Not To Long Ago' y que de seguro no decepcionará. Ron Elliot a los mandos y una pionera dosis de folk rock y jangle pop para edulcorar los oídos.





Su segundo disco titulado Volume 2 llegaría naufragando comercialmente en agosto del '65 solo cuatro meses después de su debut, en medio de muchos problemas en el seno de Autumn y con una producción a cargo de Sly Stone de poco agrado para la banda. A ello se sumarían los problemas de salud de Ron Elliot, lo que provocó cierta incertidumbre en el seno de la banda y la consiguiente llegada de Don Irving para sustituirlo en directo. Aún con todo el primer sencillo You Tell Me Why alcanzaría el top 40, siendo el tercer y último en lograrlo. Volume 2 no contiene hits como su primer lanzamiento pero destaca más como álbum al estar la banda más asentada. Entre lo más destacable cabe reseñar 'I Want You', 'Sad Little Girl', 'Don't Talk To Strangers' y la ya mencionada 'You Tell Me Why'.


El tercer LP de la banda sería una imposición de Warner Bros, el sello que había absorbido a Autumn, con una clara intención comercial a base de grandes hits de la época y que se presuponía sería el espaldarazo definitivo para The Beau Brummels. Conformado solo por covers de artistas como The Beatles, Bob Dylan, The Rolling Stones, The Mamas & The Papas... Beau Brummels '66 sería un auténtico fracaso comercial provocando la estampida de parte de sus miembros.



Un disco capaz de sacarme los colores
Con el formato del grupo reducido a trío (Valentino, Elliot y Meagher) The Beau Brummels darían un giro considerable con su cuarto LP gracias en parte a la libertad que tuvieron en el estudio para dejar salir su creatividad y publicarían su propio Sgt. Pepper. En pleno summer of love saldría a la venta Triangle, un disco conceptual de carácter experimental en el que la psicodelia, el folk rock y el country rock se fusionan deliciosamente entre melodías y armonías vocales. Con la incursión de Van Dyke Parks a los teclados y con Elliot y Valentino como dupla de compositores, Triangle discurre entre el misticismo y sus fantasiosas letras potenciando el lirismo de sus escasos 29 minutos. Temas del calibre de 'Are You Happy?', 'Only Dreaming Now', 'Painter Of Woman', 'The Keeper Of Time', 'And I've Seen Her', 'The Wolf And The Velvet Fortune' o la siempre recordada 'Magic Hollow' hacen de este elepé uno de los más grandes olvidados de un '67 saturado de publicaciones y con el que tanto sigo disfrutando. Un disco que a buen seguro algún día tendrá la entrada que se merece, pero hoy estamos en más modo biográfico por lo que lo pospondremos para más adelante.


Y llegamos al álbum que ilustra el blog, y he de decir que la elección no ha sido nada fácil porque Triangle es mi favorito. Pero como Bradley's Barn fue en su día un flechazo y el disco con el que conocí a los del Frisco había que honrarlo de alguna manera.
Con la banda reducida al dúo Elliot-Valentino (Ron Meagher fue llamado a filas del ejército) The Beau Brummels daría un nuevo giro musical abrazando de lleno el country rock de raíces con su quinto y último trabajo hasta su posterior reunión de 1975. Brandley's Barn se grabó en 1968 con Lenny Waronker a la producción en el estudio del mismo nombre de Wilson County, Tennessee con la participación de numerosos y experimentados músicos de sesión de Nashville, publicándose a finales de año con Warner Bros. El resultado? Un LP a la altura de Sweetheart Of The Rodeo o The Gilded Palace Of Sin aunque mucho más vilipendiado y maltratado, menos mal que el tiempo acabaría subiendo a Valentino y Elliot al trono de pioneros junto a los siempre inigualables The Byrds. Buena muestra de ello es sin dudas la reedición expandida de Rhino en doble cd de 2011, altamente recomendable, y que haría justicia a una publicación como este Brandley's Barn y mi particular seducción. Canciones? 'Turn Around', 'Deep Water', 'Cherokee Girl', 'Love Can Fall A Long Way Down',... Disco imprescindible de country rock sesentero sin desperdicio alguno, así que pasen, escuchen y disfruten.


Al final me van a gustar estos monográficos discográficos en bandas como The Beau Brummels porque no hay momentos de aburrimiento alguno al recorrer unos discos que aunque guardan unas señas comunes se van abriendo a nuevas sonoridades y enganchando cada vez más a lo largo de su evolutiva carrera musical. Y reconozco que como la mayoría empecé primero por Bradley's Barn y Triangle, pero luego descubrí sus primeras publicaciones más poperas e hizo que valorase más si cabe a estos grandes del Frisco. Como último apunte indicar que a partir de 1970 Ron Elliot y Sal Valentino separarían sus caminos hasta la futura reunión en forma de disco homónimo de 1975. Elliot publicaría en 1970 un álbum en solitario y colaboraría con innumerables artistas como Little Feat o Van Morrison mientras que Valentino formaría otra pequeña gema rocker como Stoneground.





The Beau Brummels:


Sal Valentino - Vocals
Ron Elliot - Guitar & Vocals
David Briggs - Keyboards
Norbert Putnam - Bass
Jerry Reed - Guitar
Kenney Buttrey - Drums


Track listing:


Side #1:

1. Turn Around
2. An Added Atracttion (Come And See Me)
3. Deep Water
4. Long Walking Down The Misery
5. Little Bird
6. Cherokee Girl


Side #2:

1. I'm A Sleeper
2. Loneliest Man In Town
3. Love Can Fall A Long Way Down
4. Jessica
5. Bless You California




miércoles, 6 de julio de 2016

Graveyard - 2015 - Innocence & Decadence

Mañana comienzan oficiosamente mis vacaciones y lo haremos a golpe de liada festivalera. Y es que últimamente en época estival las copias de festivales se suceden con los mismos grupos de siempre, cosa que me aburre tremendamente y genera un rechazo que volviendo la vista atrás cuesta asimilar. Es loable que tengamos cantidad pero también deberíamos exigir calidad y variedad... Y es que después de perderme la semana pasada el homenaje que se rindió a mis The Band en Frías o sabiendo que este finde en Segovia se va a celebrar el Huercasa, hace que definitivamente me dé cuenta que he mutado a un estado pureta nivel pro de gustos vintage cada vez más alejado de los que me rodean. Pero pese a todo lo dicho, aún tengo momentos de zozobra en el que consiguen liarme para festivales tan alejados de mi identidad musical como el Resurrection Fest que este finde reunirá a tantas bandas desconocidas y alejadas de mis intereses musicales, tantas como 75, en el que casi puedo contar con los dedos de una mano los grupos que tengo intención de ver. Entre ellos unos que me han metido insistentemente por los ojos y que creo que han acertado como Volveat, los ya veteranos Hamlet con los que crecí y en cierto modo se puede decir que hasta evolucioné, los metaleros Uncle Acid & The Deadbeats y ese pepino titulado Blood Lust o los elegidos para ilustrar el post de esta semana: los suecos Graveyard.


Y si la semana pasada fueron Three Seasons, seguimos inmersos dentro del rock revival con otros que se mueven en terrenos de blues y hard rock psicodélico como Graveyard. Con cuatro elepés ya en su haber y tras encandilarme con aquel Hisingen Blues (2011, Nuclear Blast), llegan con su más reciente Innocence & Decadence bajo el brazo. Son sin dudas junto a los Uncle Acid mis bandas a ver en Viveiro.


Este Innocence & Decadence fue grabado después de pasarse casi dos años en la carretera, y una vez tuvieron lo suficientemente trabajados los temas en los Atlantic Studios de Estocolmo. Con el regreso de su anterior guitarrista Truls Mörck, aunque para ocupar el puesto de bajista que había dejado Rikard Edlund, los de Gothenburg vuelven a sus orígenes a golpes de hard y blues rock setentero en la estela que marcaron con Lights Out (2012, Nuclear Blast).
Si el interior es reseñable la portada no lo es menos. Obra de Ulf Lunden, la maraña constructiva que ilustra Innocence & Decadence hace que ya entre de primeras por los ojos, lo que siempre es buena señal.

Elegantes como pocos y con un Nilsson extraordinario y los riffs de Larocca como bandera, Graveyard han alcanzado un punto de madurez que cada vez les hace más identificables. En Innocence & Decadence podemos encontrar bien diferenciadas las distintas vertientes con las que se alinean los suecos. Por un lado la vena más rockera y enérgica en temas como el inicio aplastante de 'Magnetic Shunk', los cantos zeppelianos de un frenético 'Never Theirs To Sell' o las reminiscencias a Motörhead de 'From A Hole In The Wall' con Mörck al micro. Por otro encontramos atmósferas bluesies marca registrada en hittazos como 'Too Much Is Enough' un tema de exquisita y delicada interpretación vocal con coros femeninos y aires soul o 'Far To Close' en el que Nilsson delega en Larocca las labores vocales. Dentro del universo psicodélico los efectos espaciales nos introducen en el tema más largo del LP 'Can't Walk Out'. Pero para un servidor la favorita no podía ser otra que 'The Apple & The Tree', porque es ponerla y Phil Lynott sobrevuela en el ambiente con algún que otro deje también a Dire Straits. Y si lo que buscas es temas lentos en la onda del gran 'Uncomfortably Numb' del Hisingen Blues, las sutiles atmósferas de 'Exit 97' y el tema que cierra el plástico 'Stay For A Song', son tus canciones. Porque si se dice que en la variedad está el gusto, el gusto está en Graveyard.


Si bien prefiero pequeños eventos en los que poder disfrutar de los directos de las bandas, al final sobreviviré a la experiencia del Resu pudiendo ver bandas como Graveyard y porque no, encontrándome alguna sorpresa interesante. Así que vámonos para Viveiro!


Graveyard:

 


Joakim Nilsson - Vocals & Guitar
Jonatan Larocca-Ramm - Guitar
Truls Mörck - Bass
Axel Sjöberg - Drums



Track listing:

1. Magnetic Shunk
2. The Apple & The Tree
3. Exit 97
4. Never Theirs To Sell
5. Can't Walk Out
6. Too Much Is Not Enough
7. From A Hole In The Wall
8. Cause & Defect
9. Hard-Headed
10. Far To Choose
11. Stay For A Song

jueves, 30 de junio de 2016

Three Seasons - 2012 - Understand The World

Saturado, decepcionado y un tanto desquiciado del panorama socio-político actual... Con la necesidad de evadirme y no pensar, subir el volumen y leer, o simplemente mirar para otro lado, aunque sea por unos minutos, ayuda a intentar entender, que no a hacerlo... Everything is wrong!!!
Vuelta a las profundidades del revival rock de los '70 con otra de las bandas que se postulan como unos de los herederos de esas bandas de los '60 y '70 que con una mejor formación y técnica instrumental además de contar con excelsas producciones para producir discos increíbles luchan por hallar la pocima secreta de antaño y ganar adeptos. Este es el caso de los suecos Three Seasons con los que se podría decir que tuve un flechazo desde aquel Life´s Road de 2011 que me dejó impresionado y enganchado a sus setenteros sonidos de hard blues psicodélico convirtiéndose en una de mis nuevas bandas favoritas. Como era de esperar Understand The World sigue por el mismo buen camino de su predecesor y que llevarían un poco más allá con Grow. Composiciones extensas por encima de los seis minutos con grandes solos y llenas de improvisaciones que por fin he decidido repescar de mi borrador ahora que recientemente han reclutado nuevo batería y se vislumbra nuevo LP.

Quieres intentar comprender el mundo?
Se podría decir que Three Seasons tienen mucho de los '70 aunque quedarse con solo un par de nombres sería imposible. Y es que en esa mezcla de estilos y detalles radica la grandeza de los suecos. Si algo destaca en Understand The World es el sonido de guitarras y el inmenso hammond sumado al gran Sartez Faraj y su magistral voz que va de la dulzura a momentos duros como si nada.
Por poner alguna pega diría que la portada es bastante fea, por no decir fea de cojones! dejando constancia nuevamente que las portadas no eran su fuerte (Grow demostró lo contrario). Pero viendo el interior podrá perdonárseles... porque resulta difícil mencionar algún tema aunque yo destacaría 'Far As Far Can Be' un crescendo blues comandado por un omnipresente hammond, el poderoso rock psicodélico de 'Ain't Got Time', el impresionante corte instrumental 'Maria' o la enérgica 'Can't Let Go' con unas guitarras de otra época simplemente espectaculares que ponen el cierre a Understand The World.



Three Seasons:

Sartez Faraj - Guitars & Vocals
Olle Risberg - Bass
Christian Eriksson - Drums
Mattias Risberg - Hammond Organ

Track List:

1. Set in Stone
2. Searching
3. Far As Far Can Be
4. Ain't Got Time
5. Understand The World
6. I Would Be Glad
7. Maria
8. Can't Let Go



jueves, 16 de junio de 2016

Neil Young & Crazy Horse - 1969 - Everybody Knows This Is Nowhere

Ahora sí que sí comienza la cuenta atrás y ya no queda nada para tener frente a frente al maestro Neil Young después de meses tachando ansiosamente los días del calendario e inmerso en el universo Young. Llega acompañado de The Promise Of The Real y con un nuevo plástico bajo el brazo, Earth un LP de estudio grabado en directo en el que Young revisa 13 de sus temas sin complejos ni interrupciones en los que la música se mimetiza con el planeta en una simbiosis que solo Neil Young será capaz de plasmar y que estoy impaciente por escuchar.  

De este modo y en semana pre-concierto lo suyo es revisar alguna de las referencias del canadiense dentro de una discografía tan extensa como indispensable. El disco de esta semana es probablemente el disco que enamoró a más de uno de su música (yo el primero), ese disco que sirvió de punto de inflexión en su posterior carrera musical. Un disco en el que el folk predominante de su primer disco en solitario daba paso a nuevos y largos desarrollos distorsionados en la que sería el comienzo de una fructífera relación con Crazy Horse.

El despertar eléctrico más desbocado del maestro de Ontario
Atrás habían quedado los tiempos como The Squires, The Mynah Birds o la más recordada con Buffalo Springfield y tras la firma con Reprise Records se embarcaría en una larga y exitosa carrera en solitario. En noviembre del '68 publica su infravalorado epónimo debut en lo que era la lógica continuación de sus días como Buffalo Springfield, mucho country y más folk. Pero al poco, Young decide hacer uno de sus cambios de dirección llamando a su casa de Topanga a The Rockets. Neil que había tocado con ellos y tenía un feeling especial con la banda, especialmente con Danny Whitten, les bautizaría como Crazy Horse para la colaboración en lo que sería su segundo larga duración: Everybody Knows This Is Nowhere.


Publicado en mayo de 1969, solo cuatro meses después de Neil Young, Everybody Knows This Is Nowhere contiene sus grandes hits 'Cinnamon Girl', 'Down By The River' o 'Cowgirl In The Sand'. Sin dejar de lado el country folk al que nos tenía acostumbrados, nos muestra por primera vez su vena más eléctrica y rockera con temas más básicos y enérgicos en lo que eran lienzos preparados para extensas improvisaciones tan del gusto del canadiense y del mío. Y es que los temas de Everybody Knows This Is Nowhere ejemplifican la perfecta conexión Neil Young-Crazy Horse en la que forjaron su sonido a lo largo de los años.


Aunque no había quedado demasiado satisfecho con un primer álbum cargado de arreglos la experiencia si le sirvió para afrontar con mayor confianza su nueva grabación. Además del cambio musical que unos crudos y ruidosos Crazy Horse ejercían en el sonido, Young mejoró su forma de cantar ampliando su registro más allá del famoso falsete nasal de su debut. Everybody Knows This Is Nowhere es en resumen la combinación perfecta entre el nervio rocker distorsionado de Crazy Horse y la sensibilidad folk del de Ontario en un periodo tan creativo que ni los 39º de fiebre impidieron que pariese la tripleta 'Cinnamon Girl', 'Down By The River' y 'Cowgirl In The Sand'.



'Cinnamon Girl' sirve de pistoletazo de salida rezumando esa agria emoción amorosa que un melancólico Young domina como pocos en una mezcla entre las suaves armonías vocales y la distorsión instrumental. La canción sirve para constatar el renacer eléctrico de Neil Young con ese incisivo riff que lanza con su entonces nueva, hoy día legendaria, Old Black.
Le sigue una de mis preferidas, la triste a la par que hermosa melodía de aroma country 'Everybody Knows This Is Nowhere'. Procedente de las sesiones de su debut aunque con un tratamiento especial a cargo de Crazy Horse, 40 y tantos años después sigue sonando inigualablemente bien.
No todo podía ser distorsión en un disco tan compacto como este Everybody Knows This Is Nowhere y aún quedaban retazos de sus anteriores proyectos. Algo que demuestra con la vuelta a sus orígenes folkies con la sensiblera 'Round & Round (It Won't Be Long)' con Robin Lane acompañándole a las voces.
Y sin darnos ni cuenta llegamos al final de la cara A con uno de los momentos más excelsos de la discografía de Tito Neil: 'Down By The River'. La hipnótica conjunción instrumental de Young y Crazy Horse alcanza el clímax entre lunáticos riffs en una de esas canciones con las que siempre más me he identificado. La controvertida historia de amor y muerte no es sino un llanto desesperado sobre el final de una relación sobre la que asentar la épica guitarrera de Young y Whitten.


Abrimos la cara B con 'The Losing End (When You're On)' un country rock en el que canta la desesperación por el amor perdido con las perfectas armonías vocales junto a Danny Whitten.
Según pasan las canciones uno se da cuenta que estamos ante uno de los discos más redondos de Young y mira que tiene unas cuantas joyas, pero es que Everybody Knows This Is Nowhere tiene mucho de especial... El murmullo inicial con violín a cargo de Bobby Notkoff de 'Running Dry (Requiem For The Rockets)' nos sumerge en la canción más lenta del disco antes de sufrir una nueva descarga.
Porque como cabía esperar es otro caballo de batalla el encargado de cerrar esta magistral obra de Young y la que sería la banda de su vida: 'Cowgirl In The Sand'. Recuperando el espíritu épico de 'Down By The River', Neil Young cabalga de nuevo junto a los caballos locos en los 10 minutos de 'Cowgirl In The Sand' entre electrizantes embestidas guitarreras ejemplificando esa conexión y poderío de Neil Young y sus Crazy Horse. Discazo imprescindible y el inicio de una de las uniones más productivas y longevas del rock en estado puro.


Después del éxito de Everybody Knows This Is Nowhere, Young haría una pausa en su carrera en solitario para unirse durante unos meses a un viejo conocido como Stephen Stills en el supergrupo Crosby, Stills, Nash & Young para publicar ese legendario Déjà Vu (1970, Atlantic) y realizar una serie de conciertos que se plasmarían en el doble LP 4 Way Street (1971, Atlantic). Las fricciones harían que pronto volviese a su carrera como Neil Young con lo que es otra de sus obras maestras: After The Gold Rush...

Neil Young & Crazy Horse:

 


Neil Young - Guitar & Vocals
Danny Whitten - Guitar
Ralph Molina - Drums
Billy Talbot - Bass


Track listing:

Side #1:

1. Cinnamon Girl
2. Everybody Knows This Is Nowhere
3. Round & Round (It Won't Be Long)
4. Down By The River


Side #2:

1. The Losing End (When You're On)
2. Running Dry (Requiem For The Rockets)
3. Cowgirl In The Sand


miércoles, 8 de junio de 2016

Pink Floyd - 1967 - The Piper At The Gates Of Dawn

Al principio de los días un hombre empapado en ácido de presencia carismática y excéntrico comportamiento consumido por el LSD, conseguiría con su prosa una extraña mezcolanza compositiva entre la más oscura de las pesadillas y la candidez de juguetonas y humorísticas letras infantiles. Conocido como el logro de oro de Syd Barrett en lo que es la Biblia Astral de la psicodelia británica hoy por fin al fin The Piper At The Gates Of Dawn, primer lanzamiento de Pink Floyd y el que a la postre sería su propio pasaporte a la locura.


Pink Floyd nació en Londres a finales de 1965 después de que Roger Waters, Nick Mason y Rick Wright, con intereses musicales comunes, formaran en un principio Sigma 6. Al poco tiempo reclutarían a un viejo amigo de Waters de sus días en Cambridge, a un joven intrépido dispuesto a comerse el mundo, un tal Syd Barrett. Syd ganó peso rápidamente y bautizó a la banda Pink Floyd Sistem, reduciéndose la coletilla de Sistem poco después. El nombre fue en honor de dos viejos bluesmen: Pink Anderson y Floyd Concil que Barrett sacaría probablemente de su propia colección de discos

Su primer contrato como Pink Floyd sería para ofrecer una serie de actuaciones bautizadas como Spontaneous Underground en el Marquee londinense en febrero del '66, cuando aún estaban en la búsqueda de una identidad sónica. La repercusión de sus shows iba en aumento acrecentando la fama de la banda y más cuando introdujeron el uso de diapositivas a color en un juego de luces conocido como light-shows que dotaba de mayor atractivo la ya de por si sugestiva puesta en escena de unos todavía, eso sí, primitivos Pink Floyd.

El auge de la banda iba en aumento y el primer single era ya una necesidad para una banda que gozaba de una creciente repercusión dentro de la escena londinense. Así, en marzo de 1967 llegaría el que iba a ser su primera publicación, el single Arnold Layne, un pop psicodélico de letra un tanto obscena que pronto encontró la censura en muchas de las emisoras de la época. Pero Pink Floyd ya eran toda una realidad y los conciertos y proyectos se sucedían acrecentando su reputación en vivo gracias a sus actuaciones en lugares tan míticos como el UFO Club o Roadhouse y acallando a esa minoría escandalizada.




Ya bajo el auspicio de un sello como EMI publicarían su primer y único gran éxito con Barrett con el accesible single See Emily Play en pleno Summer Of Love, melódica y ácida con una letra sobre la conocida como colegiala psicodélica, groupie del UFO y que marcaría el principio del fin de un Syd cada vez más desequilibrado por sus adicciones.

Pero necesitaban más y el 5 de agosto saldría al mercado su primer long play The Piper At The Gates Of Dawn con Norman Smith, hombre de la casa de Abbey Road e ingeniero de The Beatles, como productor. La primera edición sería en mono, para disfrutar la versión en stereo habría que esperar hasta septiembre y es que este disco lo pide a gritos basta comprobarlo con 'Astronomy Domine'. El título del LP lo había tomado prestado Syd Barrett del clásico de la literatura infantil de Kenneth Grahame El Viento En Los Sauces, su libro favorito. Grabado a lo largo de casi tres meses en los Abbey Road coincidirían con las sesiones de otro de los grandes elepés de todos los tiempos como el Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club de The Beatles.


Con el liderazgo compositivo de un Syd Barrett inmerso en una vorágine autodestructiva que acabaría por consumir su propia capacidad, en el álbum se atisba un cambio en la dirección musical respecto a sus dos primeros singles de aires más poperos y orientados al sencillo. Canciones pegadizas, melodías psicodélicas de aires pop, toneladas de experimentación y letras infantiles y surrealistas repletas de metáforas sobre odiseas alucinógenas. A todo ello hay que añadir los extraños y distorsionados órganos de Wright, disonancias, ecos, extravagantes ruidos y efectos, aullidos...y todo un sin fin de alteraciones sonoras.

Contraportada con dibujo de Barrett su otra pasión
La cara A se inicia con el apabullante 'Astronomy Domine' abriéndose todo un mundo de sensaciones con la voz del mánager Peter Jenner y esos etéreos efectos marca de la casa. El teclado repetitivo y compulsivo de Wright, el lisérgico solo de Barrett junto a la poderosa y concomitante batería de Mason convierten a 'Astronomy Domine' en una psicodelia espacial que suena tan atemporal como extravagante con su viaje ácido.
Más accesible y bailable llega 'Lucifer Sam' un pop psicodélico en la onda de 'See Emily Play' que demostraba la grandeza de Syd y por la que siempre he mostrado especial predilección.
Con el gusto de Barrett por la literatura infantil nos sumergimos en otro de los clásicos: 'Mathilda Mother' antes de dar paso a ese poema folk experimental llamado 'Flaming'.
Turno para 'Pow R. Toc. H' la que es sin dudas de las mayores excentricidades instrumentales de Pink Floyd. El final desemboca en una frenética y anárquica orgia instrumental.
Y cierra esta primera parte la que sería la única canción en la que las labores compositivas y vocales recaerían en Roger Waters 'Take Up Thy Stethoscope And Walk'. Bastante progresiva y con un teclado psych muy dominante.


Comenzamos la cara B con ni más ni menos que 'Interstellar Overdrive'. Aterradora y desquiciante. 10 minutos instrumentales delirantes de viaje astral. En el camino del rock sinfónico que estaba por venir, los sonidos ambientales y excéntricos derivan en un clímax experimental aterrador. Si lo que pretendes es no conciliar el sueño nada como escuchar 'Interstellar Overdrive' y la oscuridad conseguirá nublar tu calma indefinidamente llevándote a un estado de inquietud permanente. Perturbadora a más no poder.
'The Gnome' es un chiste musicado de divertida letra sobre enanos y ritmo lento folk con Barrett muy, muy relajado.
Vuelta a la oscuridad con la perturbadora 'Chapter 24' a la que se apunta cierta influencia Beatle.
Nos vamos acercando al final con 'Scarecrow' primera canción del álbum publicada ya que se editó como cara B de See Emily Play. Trata sobre el destino y la imposibilidad de escapar de él.
Y cierra el LP 'Bike' de letra infantil y un poco burlona sustentada sobre ritmos cabareteros. Barrett luce vocalmente entre efectos de todo tipo y distorsión con ese final lunático que nos regalan a la altura de un LP donde la psicodelia reina a sus anchas aunque sin tanto colorido como la que se practicaba al otro lado del Atlántico.


The Piper At The Gates Of Dawn gustaría a la crítica recalcando su innovador sonido psych y alcanzando el nº6 en las listas británicas pero también significaría el pasaporte a la locura de un Syd cada vez más desquiciado por los prolongados abusos alucinógenos. Excesos que provocarían la llegada David Gilmour quien había enseñado los primeros acordes a Barrett, como segundo guitarrista, aunque al poco (abril del '68) se le pidió abandonar al grupo desquiciado por su frenopático estado. Pese que llegaría a publicar 2 elepés en solitario (que he aprovechado para escuchar por primera vez con un buen regusto) su salida haría que Pink Floyd tomara nuevos caminos abandonando la psicodelia de los Syd times. Su siguiente álbum, A Soucerful Of Secrets tendría ya una presencia testimonial de Barrett con tan solo 'Jugband Blues' como aportación.

Borrado durante años, con el tiempo The Piper At The Gates Of Dawn acabaría superando el malditismo en el que pareció hundirse y revalorizarse hasta el punto que a día de hoy está considerado entre los mejores discos del rock psicodélico. Incluso para muchos es la gran obra de Pink Floyd, así como el principio y el final. Para mí los Pink Floyd de The Piper At The Gates Of Dawn y la banda mayormente conocida poco o nada tienen que ver, entendiéndose como dos entes totalmente diferenciadas si bien ambas altamente admiradas por quien escribe y que espero poder dar continuidad con alguna de sus millonarias en ventas referencias de los años setenta.


Pink Floyd:

Syd Barrett - Lead Guitar & Vocals
Roger Waters - Bass Guitar & Vocals
Richard Wright - Farfisa Organ, Piano & Vocals
Nick Mason - Drums & Percussion


Track listing:


Side #1:

1. Astronomy Domine
2. Lucifer Sam
3. Matilda Mother
4. Flaming
5. Pow R. Toc H.
6. Take Up Thy Stethoscope And Walk

Side #2:

1. Interstellar Overdrive
2. The Gnome
3. Chapter 24
4. Scarecrow
5. Bike

miércoles, 1 de junio de 2016

Eric Clapton - 2016 - I Still Do

Pasan los años y el círculo se va cerrando poco a poco, pero entre los que resisten está el incombustible Eric Clapton. Y es que como reza el título de su última grabación él todavía lo hace y muy bien además, lo cual yo agradezco al ser uno de mis guitar heroes de referencia. Porque yo soy de los que dice que este nuevo I Still Do (Bushbranch/Surfdog) no es un disco más sino más bien todo lo contrario, un disco menos con el que nos deleitará si bien creo que aún tiene cuerda para rato pese a sus 71 tacos. Para algunos a estas alturas: intrascendente, para mí: bastante aprovechable.

La carátula es obra del artista Peter Blake
Después de su tributo al bueno de JJ Cale The Breeze: An Appreciation Of JJ Cale de 2014 y sucediendo a su anterior referencia de estudio Old Sock (2013) acaba de publicar hace solo unos días el que es su vigésimo tercer disco de estudio. Para I Still Do Clapton ha trabajado con ni más ni menos que con Glyn Johns quien ya había producido Slowhand (1977) cuatro décadas atrás. Esta vez y pese al revuelo generado por la participación de Angelo Mysterioso, que apunta al hijo de George Harrison, no son las colaboraciones a las que solía recurrir lo más sonado del LP.


Como suele ser habitual en Clapton el álbum contiene una combinación de nuevas composiciones del británico y un buen número de versiones de sus influencias llevadas a su terreno y haciéndolas propias como de costumbre. Dentro del vaivén de momentos bluesies que nos regala EC en I Still Do, la sensación es que el álbum va un poco de más o menos siendo la sensación sosegada y apacible la que gobierna generalmente el transitar de los minutos. 12 cortes, casi una hora de blues manso, una escucha más que agradable y con la firma del siempre reverenciado Eric Clapton debería ser suficiente incentivo para cualquiera.


La alma blusera de mano lenta detona lentamente con los classic covers de 'Alabama Woman Blues' de Leroy Carr, 'Cypress Grove' de Skip James o 'Stones In My Passway' de toda una leyenda como Robert Johnson, terreno en el que Clapton se desenvuelve como pocos.

Dejamos el blues académico con la controvertida y misteriosa colaboración de ese sea quien sea Angelo Mysterioso que pone voz a la melosa y susurrante balada 'I Will Be There'. De ritmo lento, casi pomposo, verdaderamente transmite un efecto relax muy cautivante. 

En los días previos había estado escuchando el Road To Escondido que Clapton hiciera junto a JJ Cale en 2006 y disfrutando de lo bien que sonaban en ese álbum porque siempre han hecho buena pareja. Y es que Clapton siempre se ha sentido muy cómodo con los temas de su maestro Cale como vuelve a demostrar con las dos versiones que publica en este I Still Do. Principalmente adictiva 'Can't Let You Do It' con video lyric incluido y 'Somebody's Knockin'' con un gran solo de slowhand y de órgano que reaviva un poco la llama en medio de una última parte del disco que parece disiparse entre versiones que no terminan de lucir como el 'I Dreamed I Saw St. Augustine' de Bob Dylan.

En lo que a composiciones propias se refiere son dos los nuevos temas que podemos escuchar: 'Spiral' y 'Catch The Blues'. La primera eléctrica, la segunda acústica y con voces dobladas pero ambas bluesies de guitarras delicadas.




Y como decía: pasan los años y el incombustible Eric Clapton sigue a lo suyo, grabando y publicando con cierta regularidad para alegría de muchos. La lástima es que desde hace ya un tiempo ha reducido su actividad en directo al mínimo imposibilitando la posibilidad de poder disfrutar de un concierto suyo.
Como dato curioso leía esta mañana que I Still Do intercambiaba posiciones en los charts de UK y USA con lo nuevo de Bob Dylan, otro dinosaurio en esto del rock que coincidencias del destino publicó Fallen Angels el día 20 de mayo como mano lenta y que tengo pendiente de catar. A lo que iba, Clapton número 5 en USA y 6 en UK y Dylan justo al revés, quinto en las islas y sexto en América. Y era tan curioso que hasta en el número de copias vendidas iban casi a la par.



Track listing:

1. Alabama Woman Blues
2. Can't Let Do You It
3. I Will Be There
4. Spiral
5. Catch The Blues
6. Cypress Grove
7. Little Man, You've Had A Busy Day
8. Stones In My Passway
9. I Dreamed I Saw St. Augustine
10. I'll Be Alright
11. Somebody's Knockin'
12. I'll Be Seeing You



miércoles, 25 de mayo de 2016

DeWolff - 2016 - Roux-Ga-Roux

Últimamente no sé qué pasa que cada vez que levantas una piedra aparece otra banda del denominado revival sesenta-setentero, haciendo que las odiosas comparaciones entre unas y otras terminen por llevarnos hacia ninguna parte. Y aunque esta semana tenía en mente reseñar el Understand The World de unos ya conocidos por estos lares Three Seasons al final me he decidido por los tulipanes DeWolff porque hace ya un tiempo que estuvieron a punto de pasarse por ERDUV si bien por una serie de coincidencias quedaron arrinconados esperando su turno. Pero aprovechando que el pasado 1 de mayo tuve la oportunidad de disfrutar de uno de sus shows con su vibrante puesta en escena en lo que era el cierre de su gira estatal en el Rocksound de Barcelona que mejor que revisar su discografía hasta la fecha en algo así como uno de esos especiales que tanto me gustan llevar a cabo.


DeWolff se formó en formato de power trio en 2007 por los hermanos Pablo (guitarra,1991) y Luka van de Poel (batería, 1994) y Robin Piso (Hammond, 1990) siendo unos imberbes adolescentes.
Con una formación tan clásica como precoz y su innegociable apuesta por el rock psicodélico las comparaciones parecen más que evidentes. En sus ya casi diez años de existencia  podemos encontrar retazos que van desde The Black Crowes a The Doors, de Led Zeppelin a T. Rex, de The Allman Brothers Band a Little Feat o desde el rock sureño a Pink Floyd, ahí es nada. Dentro de la nueva ola y salvando las distancias me recuerdan a mis venerados Three Seasons aunque con más capacidad para la experimentación.

En 2008 publicaron DeWolff un EP con temas como 'Gold And Seaweed' a golpes de psicodelia y un protagonista Hammond y los falsetes de Pablo con el que conseguirían tocar en el legendario Paradiso de Amsterdam comenzando una proyección como banda que todavía no ha tocado techo a día de hoy.

En 2009 llegaría su primer larga duración Strange Fruits And Undiscovered Plants con temas del nivel de 'Don't You Go Up The Sky' o 'Red Sparks Of The Morning Dusk' enfatizando en el blues y el hard rock pero manteniéndose fieles a los sonidos lisérgicos sesenteros. Con este primer LP lograrían la repercusión suficiente para embarcarse en un tour con el que darían el salto a Alemania.




2010 tampoco sería mal año porque si tenemos en cuenta que solo Robin 'Manzarek' Piso superaba la mayoría de edad, tocar ante 10000 personas en un festival como el Pinkpop o en todo un Rockpalast es toda una hazaña. A principios de 2011 publicarían su tercera referencia discográfica y toda una obra maestra de la psicodelia con la que alguien como yo puede quedarse ensimismado durante semanas, basta con escuchar la inicial 'Diamonds' para saber que algo grande se cuece en este Orchands/Lupine, que de primeras iba a ser el encargado de ilustrar no solo la entrada de hoy si no la que en su día quedó pendiente. Con este segundo long play DeWolff continuaría su meteórico ascenso mediático obteniendo el reconocimiento internacional y ya de paso el de uno que escribe.


Un año después, en 2012, publicarían la ópera rock titulada como DeWolff IV porque para ellos su EP siempre ha contabilizado como su disco debut de ahí lo de IV.  El álbum cuenta con una primera parte más directa con temas como 'Voodoo Mademoiselle' o 'Devils Due' y una segunda conceptual profundizando en lo psych y tétrico titulado A Mind Slip y que comprende siete partes en algo menos de 20 minutos de sonidos que no dejan de reverberar en mi cabeza en lo que se podría entender como un viaje a la sexta dimensión a la que hacen mención.


En 2014 cruzarían el Atlántico y se irían hasta Georgia para grabar junto al reputado Mark Neil Grand Southern Electric en lo que sería un sonado cambio de registro. Abrazando los sonidos más clásicos del rock sureño el Grand Southern Electric en su día me pareció una pérdida total de identidad aunque reconozco que poco a poco ví en él el gran álbum que es, aunque puede que un poco alejado de las premisas psicodélicas con las que me enganché a DeWolff. De lo más destacable del disco serían canciones como 'Evil Mothergrabber', 'Satilla No. 3' (mi preferida) o '(Ain't Nothing Wrong With) A Little Bit Of Loving' y porque no decirlo su magnífica portada.



Y hace unos meses y parece que con la clara idea de volver a sus raíces publicaron Roux-Ga-Roux en lo que supone el regreso por sus fueros lisérgicos. La evolución de DeWolff fruto de la madurez y su mayor control en todo el proceso de grabación alcanza nuevas metas con Mark Neil otra vez a los mandos en el propio estudio de la banda que para su sexto elepé ha creado hasta su propio sello Electrosaurus Records. Nuevamente hacen gala de su pasión por las grabaciones analógicas en una nueva apertura de horizontes en los que aflorar un amplio abanico de sonoridades y texturas que escucha tras escucha va ganando más credibilidad esencialmente gracias al peso que Robin Piso y su Hammond ejercen con gran maestría. Canciones enérgicas y directas como 'Black Cat Woman', la pegadiza y ácida 'Sugar Moon', 'Baby's Got A Temper' o 'Easy Money' nos abstraen en sugestivos pasajes pero es en las canciones de desarrollos más largos donde DeWolff muestran su máxima con su gusto por la experimentación en las sublimes 'What's The Measure Of A Man', la balada blues rock 'Tired Of Loving You' de las que apetece escuchar con la luz apagada dejando fluir la imaginación y la psicodélica 'Love Dimension'. Y hasta aquí el viaje a finales de los '60 de unos avezados reavivadores de la lisergia como DeWolff a los que merece estar bien atentos y más si tienes la posibilidad de disfrutar de alguno de sus conciertos en los que sus canciones adquieren otra dimensión.


DeWolff:

 


Pablo van de Poel - Guitar & Vocals
Luka van de Poel - Drums
Robin Piso - Hammond Organ


Track listing:

1. Roux-Ga-Roux
2. Black Cat Woman
3. Sugar Moon
4. Baby's Got A Temper
5. What's The Measure Of A Man
6. Easy Money
7. Lucid
8. Stick It To The Man
9. Tired Of Loving You
10. Love Dimension
11. Toux-Da-Loux

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